Tradicionalmente el adulto, en concreto el padre o el abuelo, introducía a los niños en las diversas tecnologías (del campo, de la artesanía, manifactura, etc.) y las niñas en las labores del hogar, o se las explicaban (la máquina a vapor, el tren, el agua corriente, etc.). El niño y la niña estaban siempre junto a sus padres. Después, los adultos construyeron escuelas primarias, creando para los niños un mundo separado de los adultos, pero donde éstos eran siempre presentados como buenos y ejemplares. El niño también hoy aprende internet y multimedios al margen de sus padres. Más aún, muchas veces los niños saben más que sus padres sobre las tecnologías de la información y comunicaciones. Hoy día la televisión vuelve a reunir a los hijos y a los padres delante de la pantalla. Y la televisión hace que los niños vean los defectos de de los adultos, que roban, matan, mienten...Los niños no se contentan con ver los programas infantiles. Según estudios, los niños quieren que el 70 % de los pogramas que ven en TV sean infantiles, pero prefieren que el resto (el 30 %) sean programas de adultos. A muchos educadores les cuesta aceptar la realidad de la llamada escuela paralela de los medios de comunicación. De hecho los niños pasan más tiempo con los medios que en la escuela. Las funciones de los medios son: informar, educar y entretener, aunque muchas veces lo que hacen es desiformar, deseducar y hacer perder el tiempo a los niños que deberían dedicarlo al estudio y relacionarse con la naturaleza y los demás. La educación para los medios, que consta de seis dimenciones: se trata de que el niño/a quede alfabetizado/a mediáticamente, que sea conciente del funcionamiento y técnicas de los medios, y que sea crítico; pero que además sea activo para con los medios contra la pasividad, que los uses con metas y fines sociales y que sepa crear con ellos.
martes, 4 de marzo de 2008
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